02 diciembre 2013

Feng Shui: el dormitorio

Feng shui: Es el sistema chino que nos ayuda a vivir en armonía con los elementos y las fuerzas naturales de la tierra. Se trata de equilibrar nuestro Chi y gira en torno a las fuerzas de Yin/Yang.

La filosofía del Feng Shui llena tu hogar de armonía. La traducción literal de estas palabras significa 'agua y viento'. Según esta doctrina, a nuestro alrededor existen líneas de energía positiva y negativa, de modo que debemos colocar con cuidado nuestros espacios vitales para fortalecer los influjos positivos y evitar aquellos otros contrarios a nuestro bienestar.

Hay dos factores que le dan más o menos importancia a un determinado ambiente de la casa para el Feng-Shui:
  • el movimiento: por ejemplo, la entrada a la casa es importante porque hay un movimiento de energía cotidiano en ese sector.
  • la permanencia: cuanto más tiempo permanecemos en un lugar, tanto más somos afectados por el Feng-Shui, bueno o malo, de ese lugar.

En el dormitorio permanecemos una media de unas 6 a 8 horas diarias, aproximadamente lo mismo que en nuestro puesto de trabajo. Por lo que estamos expuestos durante mucho tiempo a las condiciones que tenga nuestro dormitorio, de ahí que se le confiere una gran importancia y por eso es el tercer punto clave de su casa, después de la entrada y la cocina.

En un dormitorio según las reglas de Feng Shui hay que dar protagonismo a la fuerza Yin, por ser la fuerza femenina o pasiva (el Yang es la fuerza masculina o activa). Aquí ofrecemos unos consejos para ayudarles a diseñar su dormitorio según el sistema Feng shui y lograr un descanso mucho más enriquecedor.


  • ·         Se prefiere que tenga forma lo más cuadrada posible ya que esta es la geometría que corresponde al elemento Tierra, lo que aporta una mayor estabilidad y equilibrio al Chi.
  • ·         La cabecera de la cama debe preferentemente tener detrás de ella una pared o tabique sin ventanas o puertas, asegurándonos así que reciba una energía Yin que favorezca el descanso. 
  • ·         Hay que evitar que la cama quede alineada con alguna puerta. Las puertas implican entrada y movimiento rápido de Chi, condiciones Yang que tienden a afectar el sueño y el descanso.
  • ·         Otro elemento capaz de producir Sha Chi son las vigas de ciertas dimensiones en el techo del cuarto, sobre la cama. La mejor opción para lidiar con las vigas es modificar el cielo raso de modo que resulte plano o bien usar cama con dosel para ocultar la vista de la viga.
  • ·         Tampoco son recomendados cuadros grandes y pesados sobre tu cabecera, pues, te pueden caer encima.
  • ·         La cabecera de la cama debe quedar apoyada en la pared norte de tu pieza 
  • ·         Evitar los colores demasiado fríos y los excesivamente estimulantes, el efecto de ambos grupos de acuerdo al Feng Shui es el mismo: por exceso o por carencia generan intranquilidad y dificultan el reposo.
  • ·         Evitar todos los elementos activadores. Así que los televisores, ordenadores, fax, peceras y en general todos los que sean dinámicos o generen ruidos deben evitarse. Eso no incluye la radio, el equipo de música o el teléfono. Pero si la bicicleta estática, la tabla de flexiones y demás objetos que nos recuerden actividades muy dinámicas.
  • ·         Tampoco es recomendable que estén a la vista papeles desordenados, elementos de trabajo, recordatorios de citas, formularios de Hacienda, etc...
  • ·         No debería haber espejos apuntando directamente hacia la cama. Es decir, que si tumbado o reclinado en la cama puedo verme reflejado deberíamos tapar el espejo o, mejor aún, cambiarlo de lugar. En cualquier otro punto del dormitorio un espejo no generará problemas.

  • ·         Una cama bajo una ventana o frente a una puerta está sometida a una fuerte corriente de Chi y el resultado es un gran desgaste energético.
  • ·         Las luces idealmente no deberían ser sólo de techo, sino tener múltiples puntos dentro de la habitación: lámparas de pie, de sobremesa, luces graduables que permitan crear distintas atmósferas según el momento: intimidad física, sueño profundo, actividades relajadas como leer u oír música.