Existen estudios que demuestran que cada color provoca una reacción y una emoción sobre el observador, estando estos frecuentemente están asociados con estados de ánimo o emociones. Los colores nos afectan psicológicamente y nos producen ciertas sensaciones, que pueden ser distintas dependiendo de la cultura a la que pertenezca el observador.
Mientras que para los occidentales el color blanco simboliza la pureza, en muchos paises islámicos, simboliza la muerte.
Centrándonos en un punto de vista occidental:
- Rojo: Es el símbolo de la pasión ardiente y desbordada, de la sexualidad y el erotismo, aunque también del peligro. Es capaz de ejercer una influencia poderosa sobre el humor y los impulsos de los seres humanos, pudiendo llegar a destapar actitudes agresivas.
- Naranja: Representa la alegría, la juventud, el calor... Aumenta el optimismo, la seguridad, la confianza, el equilibrio, disminuye la fatiga y estimula el sistema respiratorio.
- El amarillo: Genera calor, provoca el buen humor y la alegría. Estimula la vista y actúa sobre el sistema nervioso. Está vinculado con la actividad mental y la inspiración creativa ya que despierta el intelecto y actúa como antifatiga.
- El verde: Simboliza la esperanza. Es un color sedante, hipnótico, calmante y relajante
- El azul: Es el símbolo de la profundidad. Tiene efectos calmantes y transmite seriedad, confianza y tranquilidad.
- El púrpura: Representa el misterio, influenciando emociones y humores. Agiliza el poder creativo.
- El blanco: Su significado es asociado con la pureza, fe, con la paz. Alegría y pulcritud. Estimula la humildad y la imaginación creativa.
- El negro: Se relaciona con la oscuridad, el dolor, la desesperación, la tristeza... Es un color que también denota poder, misterio y el estilo.
- El gris: Puede expresar elegancia, respeto... Ayuda a enfatizar los valores espirituales e intelectuales
En el dormitorio de una pareja: colores derivados del naranja como el color durazno y el salmón pues generan la sensación de fraternidad y unidad, además son vinculados al trabajo en equipo. Los tonos rosas también son adecuados por sus efectos relajantes y su asociación con el romance.
Para el dormitorio de los niños: las gamas de azules y verdes son las más indicadas ya que son colores muy presentes en la naturaleza, estimulan la relajación y la reflexión, ayudan a calmar a los más pequeños y potencian su creatividad.
En el Salón: son recomendables los colores cálidos, como son el amarillo o el naranja (en tonos suaves).
En lugares como el baño o la cocina, el blanco es una buena elección, refleja pureza y limpieza.